20/08/2016/Enrique Rondón Nieto / Informe21
El 20 de agosto de 1968, la entonces Unión Soviética dejó claro que no se puede ser “comunista liberal”. Con tanques terminó con las medidas que buscaban un “socialismo de rostro humano”
Así era considerado Alexander Dubcek (7-11-1921 / 7-11-1992) quien desde enero de 1968 era el líder máximo de los checos y proponía “socialismo de rostro humano”; creía en la posibilidad de introducir reformas democráticas para reforzar el socialismo en el interior sin perturbar las relaciones con el Kremlin.
Los checos estaban encantados con Dubcek y eso no gustaba a los jefes del kremlin, especialmente porque se acercaba el Congreso del Partido Comunista Checoslovaco. La respuesta fue una invasión con tanques y camiones militares. Se acabó el liberalismo y se impuso el comunismo puro y duro. La acción tuvo sus consecuencias en la geopolítica mundial.
En Venezuela un grupo de dirigentes, Teodoro Petkoff a la cabeza, rechazó la acción y rompió con el PCV prosoviético. En relación a ese episodio, Petkoff ha dicho que “lo que existía en la Unión Soviética no era lo que queríamos para nuestro país. Reivindicamos la necesidad de una visión socialista, pero democrática (…) porque el socialismo en aquella época, era asociado al único movimiento conocido: el soviético, que no es un modelo democrático”. Como alterativa en Venezuela nació el Movimiento al Socialismo.
Fernando Mires, intelectual chileno, recordó hace pocos días lo que para él significó la Invasión a Checoeslovaquia: “Yo en ese tiempo, joven comunista, estudiaba en Checoslovaquia, haciendo mi diploma de post-grado. Cuando regresé, a fines de 1967, no tenía idea de la existencia del MIR. Pero yo ya estaba en vías de ruptura con el PC. La ruptura cristalizó después de la invasión soviética a Praga”. (Notas sobre mi vida, 10 de agosto de 2016, http://polisfmires.blogspot.com/)
El 21 de agosto de 1969, al cumplirse un año del “Día de la vergüenza” Últimas Noticias (página 13), publica un remitido donde se afirma que “en estos momentos tropas soviéticas y del Pacto de Varsovia mantienen su opresión en territorio checoslovaco en nombre de la ‘comunidad socialista’ frente a la cual el pueblo hermano sostiene heroicamente su resistencia pasiva”. Se ofrecía una misa en la Catedral de Caracas para conmemorar “esta fecha luctuosa”.
Con la llegada de la guerra fría y la disolución de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas ocurrió el llamado “divorcio de terciopelo” que consistió en la separación de la República Checa y Eslovaquia. El 26 de agosto de 1992, los entonces jefes del Gobierno checo y eslovaco, Václav Klaus y Vladimír Mečiar, firmaron el acuerdo de separación que entró en vigor el 1 de enero de 1993. Desde entonces las relaciones entre ambos países son de cordialidad y cooperación. Como debe ser en todo divorcio.
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