05/05/2017/EFE/ER
El expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti dijo, este viernes, que el Gobierno venezolano no quiere terminar con lo que considera una dictadura y que para que acepte «un camino democrático» hay que «restarle oxígeno aun con medidas económicas».
Sanguinetti, quien fuera presidente de la República en dos ocasiones (de 1985 al 1990 y de 1995 al 2000), expresó en el portal Correo de los Viernes, del Foro Batllista (sector del Partido Colorado al que pertenece) que el Gobierno de Maduro no quiere someterse a elecciones porque eso lo hundiría.
«Saben todos sus cuadros jerárquicos que cualquier votación legítima los hundiría y no ignoran que hasta sus destinos personales se van comprometiendo velozmente», sostuvo.
«La dictadura venezolana vive en permanente travestismo», aseguró, y agregó que «cuando se siente acorralada intenta mostrarse diferente» y que «toda esa sucesión de operativos de muda de piel están dirigidos a un solo objetivo: disfrazar su decisión de no someterse al veredicto de las urnas».
Sanguinetti agregó que las autoridades venezolanas no van a retirarse por su propia voluntad y que para lograr su salida hay que quitarle el oxígeno con sanciones económicas.
A su vez, sostuvo que al Gobierno venezolano se le dificulta para defender su régimen y que «ni su propia Constitución le viene bien».
«Su última propuesta de una Asamblea Constituyente Corporativa, sin voto ciudadano universal y directo, es impresentable. Es tan fraudulenta como lo fue la decisión de que el Tribunal Judicial asumiera las competencias parlamentarias de la Asamblea», expresó.
Sanguinetti también aprovechó la oportunidad para hablar del rol que cumple en este asunto el papa Francisco, dudó de su sentido político y dijo que su popularidad no se puso al servicio de que hayan elecciones en Venezuela.
«No dudamos de su buena intención, pero sí de su sentido político y eso es fundamental en estas propuestas, que son políticas y no pastorales», expresó el exmandatario.
Sanguinetti calificó de grupo corrupto y autoritario a las autoridades venezolanas y señaló que estos saben que dejar el poder sería «ponerse la soga al cuello».
«Está claro que si no se parte de la idea fija de que habrá elecciones, nada tiene sentido. Luego se discutirá el resto: cuándo serán esas elecciones, en qué momento se liberarán los presos», indicó.
«Ahora bien: si el régimen no reconoce la necesidad de fijar las elecciones, todo se hace ilusorio, todo pasa a ser fantasía», sostuvo Sanguinetti.
Unas 36 personas han fallecido en Venezuela como consecuencia de la violencia en las manifestaciones antigubernamentales que ya tienen más de un mes de duración, mientras que los heridos son más de 700.
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