25/05/2016/DE10/YR
La moda, la tecnología, las apariencias; una sociedad de consumo que nos convierte rápidamente en ancianos, y ni siquiera hijos tenemos
Tener 30 años y sólo pensar en llegar a dormir a tu casa. No quieres salir de antro y en realidad la cita perfecta es mirar Netflix con una comida china como compañero. Una cerveza con los amigos está bien, pero hacerlo después de 12 horas trabajando no resulta tan atractivo. Un pie que forza al otro para salir de la cama, increíblemente difícil estar tan agotado y aun así poder disfrutar de la vida. Sí, es muy penoso admitirlo, pero la mita de los que están leyendo esto (incluyéndome) se sienten igual.
La realidad es que es vergonzoso porque la vida que tienes es solo una, y claro, debes disfrutarla, debes pasar tiempo con tus seres queridos, trabajar en lo que te apasiona y todas esas cosas que está bien que hagas, pero que simplemente no tienes tiempo en este momento. ¿Siempre ha sido así?
En un artículo titulado ¿Por qué me siento tan agotado si tengo solo 30 años? La revista GQ hace un análisis sobre el tema y destaca algunos de los puntos por los cuales la vida a los 30 se siente tan complicada y sobre todo tan agotadora.
Para empezar, el trabajo y las vacaciones. Tomamos vacaciones, pero casi siempre los periodos son muy cortos, si lo comparamos con un estrés en el que trabajamos 10 horas, sin contar si es necesario que nos quedemos horas extras. El dinero para poder vacacionar cada vez es menos. Incluso cuando podemos viajar nos enfrentamos a un mundo en el ir a un país con una lengua distinta, el jet lag y la recuperación de las mismas vacaciones nos frustran más que sin en realidad quisiéramos y pudiéramos salir de viaje. Llegar más cansado a la oficina no es una opción.
Los amigos, es un segundo punto importante en la vida social. Tal como lo reflexiona GQ, cuando tú estabas creciendo, tus padres seguro sólo veían a sus amigos unas cuántas veces al año, una reunión de la secundaria, una de la universidad. Ante la vida familiar, las amistades ceden terreno y pasan a segundo plano. Hoy, tener una vida social en la que hay que cumplir con ciertas características se convierte en un peso pesado.
La tecnología es, sin lugar a dudas, un control sobre nuestra mente y vida. Todo el tiempo estamos enfrentados a un localización y exposición directa en las redes sociales, hasta con el teléfono celular que suena cuando no debería, que permite que todos sepan todo de ti. La cara que damos al mundo puede ser también uno de los peores cansancios que tenemos.
La comida. Aceptémoslo, la comida que ingerimos hoy tiene una calidad muy diferente a lo comíamos en casa cuando éramos niños. Hoy nos saturamos de frituras, comidas preparadas, que contienen quién sabe qué, el azúcar está a la orden del día. Todo tiene grasa, azúcar, carbohidratos y seamos serios, estamos muy cansados para ir al gimnasio.
La moda, la música, las apariencias. Seguro tus padres no estaban preocupados por lo que estaba pasando en el mundo de la música, solamente se dejaban llevar. Vivimos en un mundo donde es cansado decir y hacer, tal vez falta congruencia, ta vez un ritmo más rápido, pero de mejor calidad.
Vivimos al tiempo o sobre el tiempo, pero jamás a tiempo.
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