23/11/2016/La Verdad/AJV
Tres robaquintas mantuvieron como rehenes a siete parientes de Néstor Reverol, ministro de Interior, Justicia y Paz, por seis horas.
Las negociaciones para la liberación de las víctimas iniciaron a las 5.00 de la mañana y concluyeron al mediodía con un tiroteo entre 250 funcionarios y Edwin Delgado (35), José Gregorio Borrero (21) y Héctor Segundo Velázquez (28), estos últimos murieron.
El dueño de la casa, trabajador de PDVSA, salía cuando se topó con los asaltantes. Un amigo, quien pasaría a buscarlo para llevarlo a la empresa, vio cuando lo sometían y llamó la Policía. Los efectivos de la Policía científica, CPBEZ, Policabimas, Polilagunillas, Guardia Nacional, Mancomunidad y Sebin abarrotaron la calle del sector El Golfito, municipio Cabimas. Dentro de la vivienda, los ladrones amarraron a la familia, conformada por tres hombres, cuatro mujeres y un niño, de cinco años.
Antes de la negociaciones, los robacasas se enfrentaron contra los primeros oficiales que llegaron al sitio. Intentaron entrar a la residencia de dos pisos. En el tiroteo, hirieron a Borrero en el abdomen, pero aun así, los maleantes se negaron a liberar a la familia.
Los familiares de los robaquintas exigían la presencia de representantes del Ministerio Público y Defensoría del Pueblo. Alegaron que querían entregarse, pero en ningún momento tomaron la iniciativa.
Los funcionarios se organizaron, abrieron la puerta principal y rescataron a parte de la familia. Seguidamente arrojaron gases lacrimógenos, encendieron las sirenas de las patrullas, liberaron a quienes permanecían amarrados en una habitación y ultimaron a sus captores.
Los tres cadáveres los trasladados a la emergencia al Hospital General de Cabimas. A las víctimas las llevaron a una clínica, uno de ellos tenía una herida en la cabeza y el resto estaba en shock nervioso.
Trina Delgado, madre de Edwin, responsabilizó a los funcionarios de la muerte de los hombres, denunció que aunque pidieron la colaboración de la Fiscalía y Defensoría del Pueblo, no los apoyaron. Su hijo estaba desempleado y era padre de dos niños, residía en el sector Los Laureles, y estaba bajo presentación por el delito de robo. José Gregorio Romero era albañil y padre de una bebé de tres meses. Residía en el sector Punta Gorda.
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