21/01/2016/REUTERS/Brendan McDermid
Los temores de que la situación de la economía global podría ser el punto de partida para la repetición de la crisis financiera del 2008 han enviado ‘ondas de choque’ a través de los mercados financieros provocando una oleada de búsqueda de refugios seguros por parte de los inversores, informa el periódico británico ‘The Guardian‘.
El miércoles de la semana pasada los precios del petróleo cayeron hasta un mínimo de 12 años y el precio de los metales se desplomó en respuesta a las advertencias de que la peor desaceleración de los últimos 25 años que hoy en día vive China podría hacer descarrilar la recuperación de la economía mundial y ha dejado patente que los bancos centrales, que acudieron al rescate de la crisis crediticia, solo tienen un poder limitado para apagar ‘un fuego’ de este tipo.
Las preocupaciones respecto a las dificultades de la recuperación mundial comenzaron el verano pasado, cuando una devaluación de la moneda china provocó un colapso en la bolsa de Shanghái. Desde entonces una serie de bajadas en la economía china y estadounidense junto con un aumento en las tasas de interés en EE.UU., han alimentado el pánico entre los inversores.
El año en curso va a estar lleno de baches
Sumándose a las preocupaciones de una fuerte rebaja del crecimiento mundial este año, una encuesta de la consultora PwC realizada antes de la reunión de Davos reveló que dos tercios de los consejeros delegados vieron ahora más amenazas para sus negocios que hace tres años. Así, un analista de inversiones del Royal Bank of Scotland aconsejó la semana pasada a sus clientes «venderlo todo», excepto los bonos más seguros de alto grado después de la advertencia de un año de «cataclismos».
Sin embargo, el destacado economista y presidente de la consultora RGE Monitor, Nouriel Roubini, quien advirtió del colapso económico del 2008, señala que los temores de un abismo similar son exagerados: «No va a ser como 2008-2009. No hay una influencia excesiva en el sistema financiero como la última vez», explicó.
No obstante, el experto admite que el año en curso va a estar lleno de baches, hasta el punto que los bancos centrales respondieron con un estímulo adicional. El economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, por su parte, señala que hoy en día los bancos centrales están frenados por la preocupación de que un estímulo extra podría causar inflación adicional en un par de años. «Los bancos centrales deberían estar más relajados acerca de sus metas de inflación y más preocupados por las presiones deflacionarias», opinó.
Los expertos señalan que entre los perdedores más grandes de la situación económica actual están los grupos mineros internacionales, cuya actividad se ha visto especialmente afectada por la desaceleración en China, ya que la demanda de materias básicas como el hierro y el cobre ha caído rápidamente.
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