04/01/2016/VG / EDC / @DivanGessen
“Pueblo y FANB harán posible instalación de nueva Asamblea . Las fuerzas armadas la conforman venezolanos, no son cubanos ni marcianos. Son pueblo y hace un mes más del 60 % de los venezolanos se expresaron a favor del en Venezuela. Si hoy se hicieran elecciones, más del 75 % de los ciudadanos acompañaría a la oposición. Esto incluye a los ciudadanos de uniforme. Ese pueblo de ciudadanos de uniforme y de ciudadanos de civil no va a permitir que una minoría obcecada les impida instalar la Asamblea, porque esta mayoría calificada de diputados será la legítima expresión de la voz del pueblo venezolano”…
Los militares y la Constitución
Después de 1958, los profesionales de las armas han seguido las normas dictadas por la Constitución Nacional. Quienes intentaron sublevarse en contra de sus mandatos nunca lograron tomar el poder.
El mismo golpe militar del 1° de enero de 1958 contra Pérez Jiménez fracasó, fue la insurrección civil del 23 de enero junto a las luchas estudiantiles y la huelga general quienes lograron la del sátrapa para luego, con la constitución de 1961 establecer la democracia en Venezuela. Desde entonces hubo muchos golpes de Estado, recordamos el de Castro Leon, el “Carupanazo”, el “porteñazo”, el de “Ramo verde” y decenas de conspiraciones, el intento de golpe de los “comacates”, hasta el golpe del 4 de febrero… Todos fracasaron. Tuvo Chávez que ir por la vía democrática para tomar el poder. Luego, igualmente, el intento de golpe y las conspiraciones contra Chávez también naufragaron. De manera que podemos afirmar que ningún golpe militar desde hace casi 60 años ha tenido éxito.
Creo que esta historia le dice algo a los militares que pudieran estar tentados con esta salida: ¡Si lo intentan irremediablemente fracasarán!
Es posible un Golpe militar
No son las fuerzas armadas quienes conspiran para lograr una salida de fuerza, son políticos que no quieren entregar el poder, seguidores de regímenes autoritarios que sueñan con el estatismo fascista o comunista y algunos asesores cubanos siguiendo instrucciones de Raúl Castro, y otros son también mafiosos, narcotraficantes y corruptos que no quieren perder sus prebendas y turbios negocios. Pero la gran mayoría de nuestros militares quieren la paz y la salida democrática o el cambio de gobierno como está pautado en la Constitución.
También saben los altos mandos militares que de producirse un golpe de estado, la minoría que pudiera hacerse del poder duraría muy poco ejerciéndolo. El repudio internacional sería de inmediato con sanciones graves políticas y económicas, que incluirían por parte de Estados Unidos y otros países europeos, la suspensión de comerciar con Venezuela y comprarle petróleo. Además de la aplicación de la Carta Democrática de la OEA, y de las sanciones previstas en la Declaración de Principios de Naciones Unidas y de otros entes multilaterales como Unasur y Mercosur.
Por su parte, en Venezuela, la explosión social sería inmediata y colocaría a la sociedad en el borde del abismo de una guerra civil, en medio de una paralización de actividades en el país.
Estos escenarios previsibles nos hacen pensar que ningún insensato puede suponer que a través de un golpe puede permanecer o hacerse del poder. Por estas razones, podemos asegurar que no será posible una asonada militar. Yo diría parodiando lo que afirmó el general Vladimir Padrino antes de las elecciones del 6 de diciembre: Este 5 de enero no habrá golpe ni autogolpe.
El oficialismo intentará impedir la Constitución de la Asamblea
No pueden hacerlo, Basta que los diputados del cambio estén reunidos en cualquier localidad, sea la Asamblea o en otro sitio en cualquier lugar de la República para que se instale. Este 5 de enero se instalará con la participación del oficialismo o sin su concurso.
El futuro inmediato
El gobierno de Nicolás Maduro se verá obligado a entenderse con la nueva realidad de Venezuela y tendrá que acatar la voz del Pueblo que resonará en el nuevo parlamento. Llegó la hora del diálogo y creo que Maduro no tendrá más remedio que hacerlo. Los grandes perdedores serán los extremistas del oficialismo y si quedan algunos, los de la oposición.
Si no oye la voz del pueblo, los venezolanos desalojarán del poder al presidente con alguno de los mecanismos previstos en la Carta Magna.
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