18/02/2017/EFE / LR
El alcalde de Sellia, una pequeña localidad en Calabria, en el sur de Italia, presume de que su pueblo es el que cuenta con mayores espacios culturales de toda Europa, «prácticamente un museo por cada 60 habitantes».
Detrás de estos ocho museos y de la próxima apertura de un parque aventura está la lucha de su regidor, Davide Zicchinella, para que este pueblo de 504 almas no desaparezca.
Este pediatra calabrés usa la terminología médica para explicar a Efe que ha tenido que usar «una terapia de choque» porque el «tumor de la despoblación» estaba muy avanzado y en los últimos años la población había pasado del millar a la mitad y solo 18 niños.
La medicina de Zicchinella para evitar que su pueblo muriera ha sido «cultura y deporte», por eso durante sus dos mandatos ha invertido los fondos a disposición de la región y de la Unión Europea (UE) para abrir ocho museos.
Con un millón de euros de la UE destinados a evitar la despoblación y al turismo, Sellia contará en junio con un pequeño parque aventura con una larguísima tirolina, puentes colgantes, lianas y una torre para el puenting.
«De un pueblo de viejos pasaremos a ser la localidad más adrenalínica de la región», explica este alcalde, que hace dos años ya fue protagonista con su ordenanza municipal: «Prohibido morir», una provocación para que los habitantes de Silla acudiesen al médico para cuidarse.
Zicchinella explica que la creación de museos y las otras actividades culturales quieren incentivar la creación de empleo entre los habitantes para que no abandonen el pueblo y la llegada de visitantes para que estimulen la economía.
La apertura del nuevo parque aventura dará trabajo a 10 personas de los 30 desempleados que tiene el pueblo, promete el regidor.
Y los resultados también se han comenzado a ver, pues el año pasado este municipio registró 2.000 visitantes, «lo que es todo un récord si tenemos en cuenta que somos 500», señala el alcalde.
Pero además la oferta turística ha atraído inversiones y ya se ha abierto un restaurante, dos bares y un centro hípico, mientras empresarios del norte de Italia han comprado varias de las casas vacías por la despoblación para hacer un hotel.
Sellia es un burgo medieval con una importante historia, pero no cuenta con el atractivo de otros centros que invite a los turistas a recorrer las tortuosas carreteras que llegan hasta esta colina, reconoce Zicchinela.
«Por ello era necesario crear alicientes para que nos visitasen», argumenta.
En Sellia se encuentra así el único «museo del Cómic» de la región de Calabria, con más de 10.000 volúmenes de autores italianos y extranjeros cedidos por un coleccionista.
También se puede visitar el «Eco-museo», en el que se describe el patrimonio agrícola y medioambiental de la zona, o el «museo de Ciencia Terrestre y Extraterrestre», que expone fósiles de dinosaurios, rocas procedentes de varias partes del mundo y fragmentos de meteoritos.
Y el «MUSEBA», el único museo dedicado a los niños en toda Calabria y en el que los pequeños pueden observar y aprender divirtiéndose cómo es un olivo y cómo se produce el aceite, el producto más importante de esta región italiana.
Sellia no tiene escuelas, se cerraron con la despoblación, pero sin embargo cada día se llena de niños de los colegios calabreses que vienen a visitar los museos.
También se han convertido en museo dos hornos y dos molinos de 1800, que han sido conservados intactos y en los que se explica cómo se producía el pan de hace 200 años y en los se realizan pequeñas exposiciones y catas gastronómicas.
Zicchinela admite que algunos de los habitantes le han criticado por invertir los fondos en estas actividades culturales y no en «embellecer el pueblo o construir una bonita plaza».
«¿Pero qué hacemos con una plaza con bancos a 3.000 euros si luego la van a usar 10 personas?», pregunta.
El alcalde asegura que han sido los ancianos quienes más le han apoyado en estos proyectos «porque son los que más aman a su pueblo y no lo quieren ver morir».
Zicchinela no se detiene y el próximo proyecto ya aprobado es el de un nuevo museo dedicado al modelismo, una nueva atracción para el que en Italia ya llaman el «pueblo-museo».
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