27/01/2016/EFE/AJV
«Nos sorprendió mucho hallar un objeto de baja masa (el planeta) tan lejos de su estrella madre», comentó Simon Murphy de la Facultad de Astronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Australiana.
Un grupo de científicos descubrió el mayor sistema solar -conformado por un planeta y una estrella separados por un millón de millones de kilómetros de distancia-, del Universo conocido, informan hoy académicas.
Ese centro académico cuenta con un internacional de investigadores que estudian el planeta conocido como 2MASS J2126-8140.
En sus trabajos, el equipo descubrió que ese planeta, que tiene una masa que supera doce veces a la de Júpiter, orbita alrededor de una estrella enana llamada TYC 9486-927-1.
Ambos están separados por una distancia equivalente a 6.900 unidades astronómicas, es decir, 0,1 año luz o 1.000.000.000.000 de kilómetros, según un comunicado de la Universidad Nacional Australiana.
Esa distancia es «cerca de tres veces más amplia» que el de la hasta ahora considerado como el mayor sistema solar.
Si este planeta estuviera orbitando en el Sistema Solar se situaría mucho más allá que Plutón, en medio de la nube de Oort, en los límites del Sistema Solar.
La distancia que separa al dúo hace que desde el 2MASS J2126-8140 la TYC 9486-927-1 parezca una estrella con brillo moderado en el firmamento y su luz tardaría un mes en alcanzar al planeta.
Murphy cree que ese planeta gigante no ha podido formarse de la misma manera que los del Sistema Solar, es decir, a partir de un gran disco de polvo y gas.
«Podemos especular que (…) un filamento de gas los empujó a los dos juntos en la misma dirección», comentó Murphy.
El científico consideró que planeta y estrella «no habrían vivido juntos en un ambiente muy denso. Ellos están tan frágilmente unidos que cualquier estrella cercana hubiera perturbado su órbita completamente», agregó el experto australiano.
La investigación del nuevo sistema solar, que será publicada en la revista Monthly Notices de la Sociedad Real Astronómica, estuvo liderada por Niall Deacon de la británica Universidad de Hertfordshire e incluyó a Joshua Schlieder del Centro de Investigación Ames de la NASA.
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