31/07/2024/BBC
El Centro Carter, una reconocida organización que participó entre los observadores de las elecciones presidenciales de Venezuela, publicó un comunicado la noche de este martes en el que afirma que los comicios no se ajustaron a los “parámetros y estándares internacionales para procesos electorales”.
Luego de dos días de haberse celebrado las elecciones, la institución, con sede en Atlanta, dijo que no le es posible cumplir con su labor de verificación y, por tanto, no puede corroborar la autenticidad de los datos.
“El hecho que la autoridad electoral no haya anunciado resultados desglosados por mesa electoral constituye una grave violación de los principios electorales”, dice el parte de prensa, publicado al filo de la medianoche en su página web.
El Centro Carter ha sido observador de más de 100 elecciones en 43 países. De acuerdo con su comunicación, estuvo en Venezuela el fin de semana por invitación del propio gobierno del país sudamericano con 17 observadores.
Más allá de que no se hayan publicado las actas electorales, la ONG apunta a otras faltas, como la inhabilitación de candidatos opositores y al desequilibrio de recursos para promocionarse que tuvo el oficialismo.
“No ha alcanzado los estándares internacionales de integridad electoral en ninguna de sus etapas relevantes y ha infringido numerosos preceptos de la propia legislación nacional”, comenta el comunicado.
Tarde en la noche del domingo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela informó que Nicolás Maduro había sido reelegido presidente para un tercer mandato (2025-2030) con una ventaja “irreversible” de 51,2% de los votos frente a un 44,2% de su mayor opositor Edmundo González Urrutia, con un 80% de las mesas escrutadas.
Pero la coalición opositora denunció un “fraude” electoral y dijo tener hasta el 70% de las actas de votación que confirman la victoria de su candidato.
Desde entonces, en el país se viven intensas protestas que por momentos se han tornado violentas, tanto en la capital, Caracas, como en zonas del interior.
Miles de personas piden que Maduro acepte el resultado, mientras que el presidente acusa a la oposición de gestar un “golpe de estado” en su contra. Su gobierno también ha instado a sus correligionarios a tomar las calles.
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