30/09/2024/
La disminución del deseo sexual es un fenómeno que afecta a muchas personas y puede estar relacionado con diversos factores, desde alteraciones hormonales hasta cuestiones emocionales.
Las fluctuaciones hormonales, como las que ocurren durante la menstruación, el embarazo, la lactancia y la menopausia, juegan un papel significativo en el deseo sexual. La Dra. Kanupriya Jain, obstetra y ginecóloga entrevistada en HealthShots resalta que estos cambios pueden ser responsables de una reducción en la libido. Los niveles de hormonas como el estrógeno y la testosterona son cruciales en esta regulación.
A menudo, el equilibrio hormonal se ve alterado por factores naturales, lo que puede llevar a que las personas experimenten una disminución temporal en su interés sexual.
Además de los cambios hormonales, el estrés y la ansiedad son dos de los factores más comunes que pueden afectar negativamente el deseo sexual. La presión en el trabajo, problemas en las relaciones y otros desafíos cotidianos generan un impacto significativo en el bienestar emocional de las personas, dificultando la relajación y la conexión íntima con la pareja.
La Dra. Jain explica que, cuando se siente agobiado por las responsabilidades, es común que la motivación para mantener relaciones sexuales disminuya, creando un círculo vicioso que puede ser difícil de romper.
Agotamiento físico
El agotamiento físico también se presenta como un problema frecuente. La fatiga, que puede surgir de un sueño deficiente o de la sobrecarga de tareas, disminuye la energía y, por ende, el interés en la intimidad sexual.
Esta situación es particularmente evidente entre las mujeres que intentan equilibrar múltiples roles y responsabilidades diarias. Es vital considerar que algunos medicamentos, especialmente los antidepresivos, pueden tener efectos secundarios que afectan la función sexual, limitando aún más el deseo sexual.
Además de los aspectos físicos y emocionales, la dinámica de pareja también juega un papel fundamental en la libido. La falta de comunicación, conflictos no resueltos y la ausencia de una conexión emocional pueden generar una disminución del deseo sexual.
La intimidad y la confianza son elementos esenciales para que se mantenga un interés en la actividad sexual. Por otro lado, la percepción negativa del propio cuerpo y una baja autoestima pueden dificultar aún más el deseo sexual, haciendo que las personas se sientan menos inclinadas a buscar la intimidad.
Además, la vitamina B12 contribuye a la salud de los glóbulos rojos, lo que a su vez mejora la circulación sanguínea. Un flujo sanguíneo adecuado es fundamental para una excitación y rendimiento sexual óptimos. También es importante señalar que el equilibrio hormonal puede verse influenciado positivamente por la vitamina B12, lo que contribuye a una libido más saludable.
Investigaciones han demostrado que la corrección de esta deficiencia puede resultar en mejoras significativas en la función sexual, así como en el estado de ánimo y la energía. La vitamina B12 es crucial para la producción de energía en el cuerpo y su falta puede llevar a la fatiga, lo que reduce el interés en las relaciones sexuales.
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