03/09/2016/Licdo. Tomás S. Castillo R.
Terminada la jornada en la Pza. Macario Yepez de Barquisimeto, acordamos quedarnos a esperar uno de los autobuses que fueron asaltados en la Victoria por los delincuentes a sueldo de la dictadura de Nicolás Maduro. Les confieso que lo vivido por los 60 compañeros o más, escapa de lo imaginable.
Luego de sortear 14 puestos de control desde su partida desde Lara, la noche de ayer, cuando estaban a la altura de la Victoria, Edo. Aragua, fueron agredidos a pedradas por grupos de colectivos que ingresaron al autobús y pistola en mamo los despojaron de la comida, teléfonos y otras pertenencias a todos los pasajeros. Al chofer le robaron su maleta, ropa y hasta el reproductor de música de la unidad de transporte. No conformes con todos esos delictos, al colector le clavaron un punzón en su pierna y una mano.
Los organismos de seguridad que allí se encontraban se fueron del sitio, para que tales bandas armadas y defensoras del legado de Chávez, actuarán a sus anchas. Al tiempo que cometían sus bandalicos actos justificaban sus acciones en defensa de la revolución y de Nicolás Maduro, diciendo cualquier cantidad de insultos a los pasajeros.
Cuando arribaron a Barquisimeto les recibimos al grito de valientes y entre lágrimas y sollozos uno a uno fueron relatando su tragedia. Abrazamos a cada uno como si de un hermano o hijo se tratara. A todos se nos entremezclaron los sentimientos de rabia, dolor pero a la vez de orgullo por la de estos ciudadanos.
Lo más emocionante fue escuchar de ellos » nada nos detendrá, no tenemos miedo y seguiremos en la calle».
Nadie creo en su sano juicio hoy en día pueda negar que la violencia es una política de Estado, para el régimen que ocupa el poder en nuestra maltrecha y golpeada Venezuela.
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